09 agosto 2006

ENTRE EL BIEN Y EL MAL



Conocí a una persona, era una persona con buenos sentimientos, honesta, leal, íntegra, sincera. Era esa clase de persona que te inspira confianza, en la que puedes descansar contando tus problemas, preocupaciones y sentimientos. En resumen, una persona que al menos a mí me hacía “el bien”. Era casado, tenía hijos y un buen trabajo. Era feliz. Sin embargo, en un momento de su vida, esta persona vio como su matrimonio hizo aguas. Y pese al profundo sufrimiento que le causaba esa situación, mantenía su entereza y seguía ofreciendo buenos sentimientos y confianza. Él conocía a una mujer, una mujer encantadora, también amiga mía, que al enterarse de su situación se volcó en consolarle y ayudarle a responder todas esas preguntas sin respuestas. Con el tiempo, y sin saberlo, este amigo hizo daño a esta noble y bella mujer, traicionando su confianza y sentimientos. Yo que le conocía bien, no podía creer que así fuera. Es más, cuando le pregunté, él no lograba entender el daño que había causado.

Imagino que todos tenemos historias que nos llevan a lo mismo, alguien hizo daño a alguien.

A veces, no sabemos distinguir donde está la frontera entre el bien y el mal. Y lo que a uno le parece bien, al otro le parece mal. Hacemos el bien y hacemos el mal. La cuestión es, ¿hacemos el mal de forma premeditada….? Quiero pensar que no, al menos la mayoría de nosotros.

¿Qué es el bien? ¿Qué es el mal? A priori, parece evidente dar una respuesta pero, ¿estamos seguros de que serán iguales todas esas respuestas?

Es difícil contentar a todos, claro está que hay signos evidentes de que existen personas que aún creyendo que hacen bien, están ocasionando mal a muchos. ¿Qué les hace ser así? No se dan cuenta del daño que causan? Dónde está el bien en sus actuaciones?

Hay una cita que dice que el hombre más feliz es el que hace la felicidad del mayor número de sus semejantes. A veces se hace difícil navegar por el río de la vida y tratar de ver en todo momento que cada cual tiene su propia frontera entre el bien y el mal, para evitar en lo posible hacer daño a los demás.

La ignorancia del bien y del mal perturba, a más no poder, nuestras vidas. Los hombres sabios nos han enseñado que no sólo hay que elegir entre los males el menor, sino también sacar de ellos todo el bien que puedan contener.

Alguien dijo una vez que la vida no es el bien ni el mal, sino simplemente el escenario del bien y del mal.

P.D. Está dedicado a una persona muy especial. Ahhh!!.... Este amigo y amiga forman hoy una pareja que se aman, rebosan felicidad y a mí… me da envidia sana… jajajaja!!!!