Un ladrón, a media noche se mete en una casa a robar. Entra por una ventana, y cuando está dentro, en la oscuridad, oye una voz que dice: ¡Jesús te está mirando! Entonces, el ladrón se asusta y se detiene. Luego como ve que no ocurre nada, continúa. Y de nuevo la voz le dice:¡Jesús te está mirando! El ladrón asustado enciende la luz y ve que la voz venía de un loro que estaba en una jaula, y el ladrón le dice: ¡Ahhh que susto me has dado! ¿Cómo te llamas lorito? Y el loro le responde: Me llamo Pedro. Pedro es un nombre extraño para un loro. Y el loro le contesta: Más extraño es el nombre Jesús para un Doberman.Jajajaja…… un chiste para empezar no viene nada mal.. jajaja!!! ¡¡¡Al menos hemos reído un instante!! jajajaja!!!
Volviendo a la pregunta del encabezado, yo sí me acuerdo, me acuerdo aunque…. vagamente. Recuerdo que tenía la percepción de que éramos más felices, nos gustaba jugar, reír, hacer amigos, divertirnos.
Qué tiempos ¿verdad? Qué ha pasado entonces que ya no somos como antes? ¿Qué nos ha sucedido?
No se, probablemente miles de cosas, miles de acontecimientos en nuestras vidas que nos han hecho ser más cautos, más prudentes, más sensatos, más desconfiados, y claro todo esto tiene su contrapunto, en la alegría. (En el fondo creo.... que somos algo tontos).
Fijaros en los niños, son seres inocentes que solo transmiten amor, inocencia, alegría. Y nosotros, ¿qué le transmitimos a ellos? Justo lo contrario, “no hagas esto”, “cuidado con aquello que te puede hacer daño”, “no hables con nadie”, “ve con cuidado”. Nuestro afán por protegerlos hace que vayamos, de alguna manera, matándoles ese amor espontáneo con el que han nacido. Les inculcamos a tener miedo, y éste formará parte de sus emociones durante toda su vida, pasando a ser personas menos alegre.
Claro que algo de alegría nos queda aún, jooo!!! ¿Es que si nos la quitan toda, ¿que sería de nosotros? ¿Os habéis dado cuenta de que todo les sale bien a las personas de carácter dulce y alegre? ¿Será porque en el fondo todos deseamos ser así? ¿Será que deseamos sentirnos bien tratados? Ahhhh!!! La alegría es la juventud eterna del espíritu.
La verdad es que después de esta pequeña reflexión, deseo mirar a la vida con más alegría y tratar de transmitirla a los demás, y que mejor para terminar que, ¿otro chiste?:
En un coche iba una pareja de casados, pero iban peleados, al pasar frente a una granja el marido vio unos cochinitos y le dijo a la mujer: ¿Familiares tuyos? Y ella le contestó: ¡Sí, mis suegros!
Reiros, jajajaja no discutáis y sed más felicesssssssssssssss.........
